viernes, febrero 06, 2004

Dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, dale, PUM!, ahí nomás.

jueves, febrero 05, 2004

-Hola, vengo a sacrificar mi luz por un amor.
-Acá no es. Dijo con un humor de perros la empleada. Esto es el COFFF!
Aunque no fue un estornudo, Carmilla sintió la humedad en su rostro.
-Consejo Oficial Federal de Fiscalización de Fantasías- continuó, -Tiene que dirigirse a la otra.
-¿A qué otra?
-OTRA: Oficina de Tasación de Relaciones Amorosas.

-Hola, vengo a sacrificar mi luz por un amor.
-¿Cómo sacrificar?- dicen que el humor de perros se contagia fácilmente- No es un sacrificio. Es el costo correspondiente,
según la ley. Además es bastante baratito, querida. Podés compararlo con los costos de obtener un amor en el ámbito privado, si querés. ¿Trajiste el formulario 840?
-Disculpe si no uso las palabras correctas. Es la primera vez que hago el trámite.
La empleada la miró sobre sus anteojos bifocales durante un momento que casi se extendió sobre el terreno del tedio, pero sin adentrarse.
-No tengo el formulario. No me dijeron que...
-Tiene que pasar por el mostrador de tasaciones primero. Esto es averiguación de antecedentes- dijo con una voz
metálica -las instrucciones están pegadas en aquella columna.

No es algo que suceda con frecuencia, pero la empleada se apiadó de Carmilla. Quizás fue al ver que su rostro perdió la sonrisa que llevaba un momento antes. Quizás fue por haber recordado su juventud, y haberse visto en ese mismo y derruido mostrador, sacrificando la propia luz, años ha.
-A ver, nena, dame.
La nena ya había muerto hace algún tiempo, pero Carmilla se abstuvo de responder, sabiéndose en desventaja estratégica.
La empleada le tasó la luz en un santiamén, lo que dejó en evidencia la inutilidad de la oficina de tasaciones.
-Hace rato que no veo una luz como esta. Te felicito. Las chicas de hoy vienen todas apagadas.
-Gracias.
-Esta te alcanza para un amor clase A.
-Perfecto- Su cerebro le dictó un "¿¡En serio!?" pero ella quiso ocultar su emoción.
-Y te sobran puntos como para un par de miradas furtivas.
-¿Para qué querría las miradas furtivas si vengo a buscar un amor clase A?
La empleada sonrió. El recuerdo de su juventud se hacía cada vez más vivo.
-Una cosa no quita la otra. Ya vas a ver.- dijo como si alguna vez ella hubiera siquiera accedido a un amor clase A. -Bueno, ¿qué vas a hacer con los puntos que te sobran?
-¿Qué puedo elegir?
-Acá tenés la lista.
-¡Uy! ¡Caramelos sugus confitados!
Parece que después de todo la nena no estaba del todo muerta, afortunadamente.
-Te podés llevar dos cajas. Firmá acá, y aclarame abajo... Gracias. Ahora pasá por caja y luego por estoc.
-Gracias.
Entregó su luz en la caja, y en estoc la atendió una empleada que parecía ser hermana de la primera.
-Bueno, listo. El amor te va a estar llegando a tu domicilio en aproximadamente quince días.

Cuando salía, Carmilla escuchó en el mostrador de reclamos que la empleada decía "No, señor. Nosotros no tenemos nada que ver. Eso es un problema del correo".

De regreso a su casa, Carmila pasó junto a un borracho que estaba tirado entre su hedor y sus harapos, quien le pidió una moneda. Carmilla vio que la dentadura del infeliz podría resistir todavía el confite de los caramelos, y le dio una de las dos cajas. Pensó que de todos modos el borracho le había obsequiado una mirada furtiva, que cotizaban igual que las cajas de sugus confitados.
-¿Por qué tenés esa cara de preocupación?- dijo el borracho -¿No sabés que la luz no puede canjearse? La luz está dentro tuyo y no te la pueden quitar. ESO ES LO QUE ELLOS DESEARÍAN ¡QUE CREAMOS SUS MENTIRAS! ¡PREDICAN QUE LA LUZ ES UN BIEN CANJEABLE, DESECHABLE E INCLUSO DELEZNABLE Y LAS RAPIÑAN PORQUE NO TIENEN OTRA FORMA DE ACCEDER A ELLAS! Pero no entienden que sus esfuerzos son vanos e infértiles. No entienden que la luz es como el conocimiento. Podés darlo, y seguirás teniéndolo.
Hablaba bien el borracho. Carmilla quedó impactada y confundida. ¿Cómo sabía el borracho que ella había sacri... empeñado su luz hacía momentos?
-¿Cómo sabe usted que ...
-Los borrachos sabemos muchas cosas, y decimos verdades. ¿No ves películas acaso? Gracias por los caramelos. Y borrate esa cara de preocupación, que los amores clase A no son fotofóbicos.

Carmilla se levantó de la siesta y bajó para tomar un paseo. El aire de su departamento estaba enrarecido en la tarde de verano húmedo, tan bonaerense. Al bajar vio un aviso de visita del correo.
-Maldito timbre y maldito el oloriento que lo reparó- ¿O dijo reparió? El eco de las tres de la tarde era burlón y confuso.
"Puede pasar a retirar su encomienda por Belgrano. El depósito por cada día de retraso, a partir del tercer día es de 5 morlacs".
-Jamás entenderé cómo decide el correo en qué sucursal deposita las cartas que no puede enviar.

Unos días después Carmilla estaría libre. A eso del mediodía bajaría tranquilamente a la parada del 55, caminando al compás de su tranquilo pensamiento, y disfrutaría del paseo en toda su extensión.