lunes, mayo 30, 2005

¿Seré Liniers?

Uno de los chistes de Liniers hizo una observación de la realidad que yo había hecho silenciosamente tantas veces, que hasta pensé que Liniers soy yo en estado sonámbulo.
Desgraciadamente no escribí esto el mismo día del chiste, así que ya no sé de qué se trataba.

sábado, mayo 28, 2005

Sobremesa física: Ge cero.

En el entrenamiento de astronautas, existe una etapa en la que deben practicar las maniobras de equilibrio dentro de una cabina en ausencia de gravedad. A la vez que recuerdo las paredes llenas de botonitos de los módulos espaciales de las películas de ciencia ficción, imagino al señor A.B., quien fue mi jefe y ahora es coordineta en mi oficina, quien es una oda a la torpeza motriz mezclada con una absoluta irreverencia hacia los objetos del entorno, levitando y dando culazos y codazos a toda palanca que esté a su alcance.

Dado el costo de poner una nave espacial en órbita a los solos fines de entrenar a los astronautas, el entrenamiento se realiza en aviones que practican la Maniobra de Gravedad Cero. La maniobra consiste en llevar el avión a una altura razonable y luego seguir la trayectoria del tiro oblicuo. Si uno tira por el aire un frasco con una piedra adentro, inicialmente la piedra irá en el fondo, pero luego se independizará totalmente del frasco, eventualmente chocando contra algún vidrio dependiendo de los giros, pero mucho tiempo "flotando" en su interior, si pensamos en coordenadas relativas al frasco.

Tal maniobra se utiliza para que -durante un breve lapso- los pasajeros del avion se sientan flotando en medio del avión y practiquen su flotación.

Los letrados suelen usar la maniobra de G cero para servirse polenta con tuco sin acercar el plato a la fuente. Gracias a esta destreza, el comensal balancea verticalmente el cucharón sobre la olla de salsa para que el peso de los "cachos grosos" venza la cohesión típica de una salsa aceitosienta cayendo a la olla con un son de "ploch". Acto inmediato seguido realizan la curva de G cero, que tiene una aceleración importante al inicio, que produce que tantos otros trozos caigan en la olla, luego tiene una etapa en que los cacho e carne flotan en derredor del cucharon como astronautas en entrenamientos, para finalizar en una frenada cuasivertical sobre el plato, con sus respectivos ploch y salpicaduras.

Sólo los valientes realizan la maniobra de G cero en frente de un ojo crítico, policial y escéptico como el de una distinguida latinista, harta de soluciones dinámicas a problemas sencillos. Ante el menor desliz de un cubito de carne que se independice de la trayectoria estipulada y caiga en algún vaso, mantel o escote, gritará un ¡Agustíiiiiiiiiiin! que enceguecerá a la audiencia (porque uno cierra los ojos cuando se aturde, vaya a saber por qué). El maniobrador sentirá el peso de la derrota. Otras faltas menores como salpicaduras excesivas en el destino serán también fruto de reprimendas pero dejarán al autor de la maniobra en el más alto de los podios, adorándose tras la maniobra exitosa.

Huelga mencionar que una aceleración excesiva en el comienzo resulta en el tuco volando por el aire y aterrizando en la ventana, o con peor suerte en la cortina. Aterrizajes en la frente del manipulante (afrentizajes, o simplemente afrentas) son menos penadas, en virtud de los límites de jurisdicción entre cortinas y frentes, y por la alta probabilidad de que esa frente tenga ya un raviol de la semana pasada y un poco de dulce de leche de las últimas vacaciones.

Invitamos a los lectores a practicar la maniobra de G cero, que desde el punto de vista del público resulta más veloz y de curvatura más cerrada de la que uno supondría al leer la teoría.

Emocionados recibiremos comentarios sobre el éxito o fracaso de la misma.

Nota de la redacción: Hemos llegado a la conclusión de que "afrentizaje" es más correcto que "afrenta", que nace del gesto de decir algo de frente. En el caso que nos ocupa, y a sabiendas de que no se trata de la frente del emisor (el cacho e carne) sino del receptor, nos quedamos con afrentizaje.

Venenitos

Me pongo al día con los blogs.

Leo y veo que menciona los "venenitos" que están a nuestros pies.
¡Tenía que ser del campo!
Yo también soy del campo, y tengo venenitos en mi jardín.
Todos mis amigos les dicen venenitos.
Pero yo los aprendí como "revientacaballos".
Yo creía que era porque los caballos los revientan al pasar, pero me dijeron que deben su nombre a que producen enfermedad o muerte a los caballos que se los manyen.

Al momento de escribir esto empiezo a sospechar que me mintieron.

De todos modos el tema principal era la ternura que me dio reencontrarme con los venenitos.
Hace rato que no camino por mi jardín fuera de la veredita de lajas.

Sobremesa física

La sobremesa de mi casa tiene una humanística en lucha constante con cuatro exácticos. Somos: distinguida literata latinista, físico majareta estilo Emmet Brown, un matemático deseoso de competir en majaretitud y ganando terreno a gran velocidad (lástima que salió tan tarde), una bióloga tan grosa como todos los mentados, y el nerd que suscribe (que se considera mucho menos nerd que los modelos clásicos del género, pero a la vez disfruta en exceso de su condición).

Muchas veces la humanística tiene que hacer comentarios ácidos acerca de los poco amigables temas de conversación cientificoide.

Declaro instalada la sección "Sobremesa física" en este sencillo pero emotivo acto, porque creo que en compartir está el secreto.

Papi físico

Cuando iba a la primaria, les contaba a mis compañeritos que mi papá era profesor de física. Y me preguntaban...: ahhh... profesor de ginasia!

viernes, mayo 20, 2005

Manitas pa'lante

Venía rápido, muy rápido y de repente me encontré a dos metros del acantilado viernes.
El suelo pedregoso no me dejó frenar.
Tendrá que ser un salto ornamental.
No sé si hay agua abajo, pero trataré de saltar bien lejos.

jueves, mayo 19, 2005

Jornada

Surrealismo. Radioreloj. Locutor que grita al micrófono. Slap! manotazo. Silencio. 9 minutos. ¿Por qué 9?
Surrealismo. Radioreloj. Locutor que ama escucharse. Slap! manotazo. Silencio. 9 minutos.

jueves, mayo 05, 2005

Tildé

De pronto, como un breve latigazo, mi nombre: Fritz estalló en el aula...

No, pero similar.

De pronto: plop. Mi cabeza se desconectó. Delante de mí, el monitor que me acompaña en las largas jornadas laborales. A mi derecha, Macanudo. En mis adentros, un cerebro que suma una ecuación irresoluble al sistema que ya procesa desde hace rato. Totalmente irresoluble. Nueve de la noche. Libertad. Buen libro. Hambre. Fulano sentado tratando de descular esa pantallita que el cliente quiere de otra manera.

Casi escucho el plop.

El cerebro intenta una explicación. Me quedé porque nadie me obligó a hacerlo. Porque en ese momento en que uno no tiene la obligación, en ese momento la tarea se hace placentera. Ya lo es desde un principio, pero el permiso de no realizarla la torna en tarea elegida. Tarea con la que jugar, total el tiempo es mío. Total el money does not rule.

Pero todo tiene su límite, porque cuanto más placer le saque hoy, más cansancio para mañana por la mañana, cuando al money se le llena la cabeza de rules.

El mejor extracto de libro que vi ayer en la feria:

- Tengo mil palomas
- ¿Mensajeras?
- No. No exagero. Son mil.

domingo, mayo 01, 2005

Jáutu

¿Alquien me dice cómo se hace para que mis comments tengan un hermoso dibujín a la derecha? La combinación de mi tecnopatía con mi envidia naturales hacen que me sienta mal por no exponer uno.

Siempre aposté más a lo que uno puede crear con las setentamil palabras de nuestro idioma, ¡pero igual quedan tan lindos!

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Apdeit.
Hay que hacerlo en gravatar.com

Pensadó

Cito:

La gente tiene una idea errónea sobre la física. Cree que la física es sólo la mecánica. Cuando dicen "tuve un contacto físico con esa persona" se refieren a que la tocaron. Pero la óptica también es parte de la física. Así que con mirar a una persona, uno ya estaría teniendo un contacto físico.

¡Zás! Aumenta la cantidad de infieles.