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Podeti, o mueran de infelicidad.
No así en aquellos ingenuos tiempos, donde el invento fue tomado casi como una provocación. Transcribimos parte de la indignada crítica de nuestro colega, el entonces muy joven Vidal Buzzi: “(…) ¿Cómo ‘timbal’? Pará, acá hay algo raro. ¿Cómo ‘timbal’? No entiendo, no se entiende, me parece medio raro, no sé, no me cierra, hasta donde yo sé el arroz viene en ‘montoncito’, no en ‘timbal’, no, viejo, esto no se puede comer, yo no me voy a comer un ‘timbal’ de algo, menos de arroz. Aparte, ¿por qué ‘timbal’? Qué, ¿es para tocar ‘Así habló Zarathustra’? ¿Con el arroz? ¿Con el ‘timbal’ de arroz? ¿Puedo tocar algo con el ’timbal’? Mirá que yo no probé pero no creo que suene mucho, aparte te digo más, capaz que el Sr. López cree que somos unos ignorantes pero yo he ido al Colón y un ‘timbal’ no es así, nada que ver, es diferente, o sea, ¿cómo ‘timbal’? Raro, raro, todavía si fuera una ’croqueta’ te lo acepto, una croqueta es algo que suele hacerse con comida, y de arroz especialmente, eso es comida, una ‘croqueta’, no un ‘timbal’, yo no me voy a comer un ‘timbal’ y esto ha ido demasiado lejos y alguna medida hay que tomar, no sé, me puse nervioso, que la crítica la termine Magoya (portazo)”. Días después, el restaurante de López debió cerrar sus puertas debido a una denuncia que el propio propio Vidal Buzzi radicó en Salubridad (por el tema del “timbal”).
