Hay cosas que me dan mucha pero mucha gracia. En muchas no sé a qué se debe. Dónde reside lo que me divierte tanto. No hablo de carcajadas. Sino de eso que uno guarda dobladito y ordenado en un cacho de cerebro (con lo caro que están los inmuebles), para regocijo eterno.
Anégggdota que me dio gracia hoy:
Dice la cronista:
--Ella me elevó el tono de voz, así que yo se lo elevé. Y ella de nuevo y yo de nuevo... hasta que se quedó sin argumentos.
Sublime.
3 comentarios:
Sí, sí, sí!!! Dígale sí al regocijo, a la risa, a la gracia sin saber el porqué. No se lo pregunte, sáquele los acentos al qué y al dónde. Sólo hágalo. A veces es lo mejor....
ja! no puedo creer q sea yo (que sufro del mal de la interpretación compulsiva) la que lo esté diciendo.
Entonces disfrutarás de la anfibología esta
Jajajajjaja!!! Tiene ud mucha razón, me ha sacado una sonrisa.
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