jueves, abril 01, 2004

Debeá

Administrador de la base de datos. Un fulano que trata de dejar todo cuadradito. Las curvas, las espinas, las arrugas no son para el portero de la base de datos. El tipejo está más contento cuanto más monoblóquico es su edificio.

Pero enderrepente se sumerge en esta superbasededatos que sólo almacena excepciones a la regla. Se embloguea por parajes que se afanan por ser distintos, por esconder su automatismo basedatil, como ocultando vergonzosos sus cuadradas entrañas, su hermandad teórica. Y bien que lo logran. Y cuánto que seducen. Y cómo que muestran sus dispares paisajes, tan amenos al pasajero (al que le suena aquél tema de Iggy Pop mientas los transita).

Y en ese momento el debeá (así le dicen los amigos) flashea y se pierde, y se alimenta de ese desparramo de ideas inorganizables, y se pincha con las espinas y se rasca la espalda en las arrugas, y se toboganea por las curvas, y desde afuera los pájaros, desde su libertad, lo ven por la ventana muy sentadito frente a su cajuela monitórica, con su sillita y su escritorito y su tecladete instrumental, duro y concentrado, pero con menos cosas que envidiarles.

Disfrute, maestro!

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