miércoles, septiembre 01, 2004

Pitufo gruñón III

Odio que ese mensaje que escribí durante un rato largo se me borre al demonio.
Siempre jode que se te pierda un archivo (a pesar de considerarme técnico y cuidadoso, y haberme dedicado largo tiempo a la recuperación de datos, me pasó justo ayer).

Quizás me molesta más cuando hay una persona destinataria.

Pero mi odio no es mayor que la desazón del destinatario (lo he sido) al recibir un mensaje corto: "No sabés... te escribí un mail re largo y se me borró. Fundamentalmente te decía tal y cual cosa".

Muchas veces esa tal y cual cosa es del orden de "no puedo vivir sin vos", y cuando llega así telegrámicamente, casi da asco.

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