jueves, septiembre 30, 2004

Vacío

Acabo de leer algunos blogs que tengo abandonados.
Leí cosas que logran ser maravillosas sin ser espectaculares.
No pude comentar.
Simplemente no pude.
Pero me dieron ganas de abrazar a sus autores, en silencio.
Para pagar mi deuda de palabras en cuotas de a mil.

Y en silencio.

Me atornillo los ojos a los sitios que conozco y me prohibo clickear en los links a otros que prometen ser igual de buenos. Necesito tener una vida, también.
Lo hermoso de esto es que cuando me jubile haré cualquier cosa menos aburrirme.

Ahora me voy. Y me llevo mi vacío para que no les reseque la garganta.

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