miércoles, noviembre 10, 2004

Anónimo

El misterioso artista anónimo sigue haciendo configuraciones con mis muñequitos Jack Simpsons.

El otro día corrían una carrera de vallas y la ganaba Bernie. Apu lo seguía de cerca, y Bart, con patineta y todo, estaba al final.

Ayer Bernie era el rey de la colina (colina demasiado esférica e inestable para mi gusto, consistente en un pomelo). Bart y Superhomero le cuidaban la espalda.

Sí, le cambié a un compañero de trabajo el Apu difícil por el Superhomero más comunacho (y dos gatitos de quinientos mil).

Hoy estaban muertos. Boca abajo en el escritorio. Incluyendo a Superhomero, que debería ser invencible. Sólo le quedaba un superpoder. El superpoder de llamar la atención desde el rincón de la alfombra desde donde miraba el techo con sus ojos vidriosos.

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