viernes, noviembre 19, 2004

Protagónico

Siempre se ponía nervioso cuando se acercaba su momento de protagonismo. Sin embargo, siempre había sido exitoso en sus representaciones. Ese afán de mejorarse permanentemente movía sus engranajes internos y lo llevaba cada vez más arriba. Por otro lado, lo estresaba y le ponía presión.

Hay gente que odia la voz impostada, que es algo característico del teatro (y no me animo a decir que “del argentino, principalmente”. No soy tan culto). A él le gustaba. Le encantaba oírse y le encantaba que lo oigan todos los que moraban el recinto.

Su momento estaba próximo. Se aclaró la garganta mientras observaba el movimiento de su pronto interlocutor, mostrándose lo más distraído posible.

— Cabina 4.
¡¡VEINTICINCO CENTAVOS!! –espetó.
— Servite, gracias.
¡¡NO... GRACIAVÓ!!

Otro éxito.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues tu intención ha sido crear intriga?---estas a punto de lograrlo-

Racter dijo...

No. La idea es tomar nota para no olvidarme, y como los papelitos se me pierden, tomo nota acá